Religiosas que siguen las directrices espirituales formuladas por San Agustín. El propio santo reunió grupos de vírgenes en monasterios de África introduciendo así la vida común en este continente. Los cenobios comenzaron a extenderse por la Europa occidental a través de discípulos de San Agustín que huían de las invasiones vándala e islámica. La vida monástica femenina cobró un gran impulso a partir de 1256, año en que se produjo la gran unión de la orden agustina. Los superiores generales asumieron la custodia de los cenobios según quedó establecido en el capítulo general de 1329: quod moniales nostri ordinis sub arcta custodia ubique teneantur. La expansión continuó en el s. XIV y alcanzó, a partir del s. XVII, el Nuevo Mundo, Filipinas y las Indias. Con las exclaustraciones del s. XIX disminuyó el número de conventos y de religiosas. Desde la Edad Media se encontraban divididas en canonesas y ermitañas. Actualmente existen monjas agustinas de clausura y...