Asamblea conciliar convocada en 1408 por el papa de Aviñón, Benedicto XIII (1394-1423) -el aragonés Pedro Martínez de Luna-, en el marco del Cisma de Occidente (1378-1417). En 1406, a la muerte del papa de Roma Inocencio VII (1504-1406), fue elegido sucesor suyo Gregorio XII (1406-1415), quien de inmediato entró en negociaciones con Benedicto XIII. Dado que no tuvieron ningún resultado, el Consejo Real de Francia anunció que, si no se conseguía que la Iglesia estuviera regida por un solo papa, Francia proclamaría su neutralidad, abandonando de esta forma su obediencia al papa de Aviñón, en vigor desde finales del reinado de Carlos V (1364-1380), salvo el periodo de septiembre de 1398 a mayo de 1403, ya en época de Carlos VI (1380-1422). Cuando el Consejo Real de Francia declaró, el 21-V-1408, su posición neutral, Benedicto XIII respondió convocando un concilio en Perpiñán. Las sesiones, celebradas en el Castillo Real de la c, gracias al apoyo prestado por Martín I el...