Cortes de Tomar

Cuestiones tratadas

La anexión dinástica fue posible gracias al conflicto sucesorio acaecido como consecuencia de la muerte del rey Sebastián I (1557-1578) en la Batalla de Alcazarquivir (4-VIII-1578) y del cardenal-regente Enrique (1580). Felipe II impuso sus derechos dinásticos al resto de los pretendientes, ganándose el apoyo de la nobleza y el clero portugueses y ayudándose de una planificada invasión militar. Reunidas en Tomar por encontrarse Lisboa presa de una epidemia, las Cortes juraron fidelidad a Felipe II confirmando la unión de toda la Península Ibérica bajo una sola corona. Del mismo modo, quedaron bajo la soberanía de Felipe II las colonias portuguesas, se suprimieron las aduanas con Castilla y se puso bajo un único mando la política exterior y de defensa. A cambio, el monarca garantizaba la autonomía administrativa de Portugal y de sus colonias.

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