[Del lat. diffidamentum, -i, ruptura de la fe o palabra de no hacer daño a otro]. Acción y efecto de desafiar. En la España de la Edad Media correspondió a una de las dos fases iniciales de la preparación legal de un duelo judicial en una querella entre nobles. Su origen se encuentra en el derecho germánico, todavía vigente en Castilla y León en el transcurso de la Alta Edad Media. Este procedimiento judicial se iniciaba cuando una de las dos partes en litigio era acusada de alevosía o traición, con lo que se obviaba la hermandad nobiliaria. La primera fase correspondió al riepto o reto (narración acusatoria de los agravios recibidos por el retador), que se lanzaba delante de la Curia Regia, y la segunda al desafío, necesario para que se pudiera seguir el duelo judicial como medio de prueba decisorio. El término “desafiar” significa declarar enemigo a alguien, por lo que en el desafío el noble le tornaba al ofensor su fe, fidelitas y hermandad, y, concluido este...