El ferrocarril

Introducción

El nacimiento y desarrollo del ferrocarril, dejando al margen experiencias previas de transporte sobre elementos guía de piedra, madera o hierro, debe asociarse a una serie de nombres que desarrollaron su actividad a caballo entre los siglos XVIII y XIX: Thomas Newcomen, James Watt, William Murdoch, Richard Trevithick, Timothy Hackworth, George Stephenson y su hijo Robert; a ellos se debe la puesta a punto de la técnica que permitió el rápido desarrollo de este modo de transporte, que afectó directa o indirectamente a la vida de la mayoría de los ciudadanos. En cualquier caso, hasta el siglo XIX las aplicaciones del transporte guiado fueron específicas de alguna actividad comercial o industrial, fundamentalmente de la minería, aunque hay vestigios de que ya los egipcios (restos de carriles de bronce en las cercanías de las pirámides de Gizeh), indios, persas y, posteriormente, los romanos (camino tallado en la roca del valle de Aosta) utilizaron este medio para desplazar elementos pesados. El ferrocarril que se conoce en la actualidad, en definitiva, es fruto del progreso y de la evolución de la Tecnología, que se sirven del avance del conocimiento humano y de las características funcionales de los materiales.

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