[Del lat. foras, fuera]. En la Edad Media, morador de una parr. o de un lugar rural adscrito a una ciudad o a una villa, que en el caso de las islas de Mallorca y de Ibiza (Baleares) constituyó un estamento o mano característica, má de fora o má forana. Dicho estamento englobó a todos aquellos que no habitaban en la c. de Palma de Mallorca. Poseían representación en el gobierno municipal y se organizaban a través del sindicat forá, cuyas sesiones se celebraban, de forma alternativa, en Sineu e Inca, y el cual enviaba una delegación, al Consell General cuya representación ascendía a un tercio del total de convocados, escaso número que les impedía una práctica gubernativa clara. En el caso de la isla de Ibiza las ordenanzas municipales establecían la obligatoriedad de que uno de los tres jurados encargados del gobierno de la isla perteneciese a este estamento. A partir de la Baja Edad Media solamente unos pocos tenían tierras, ya que la mayoría trabajaba tierras ajenas...