Martiniega

Historia

En la Edad Media los señores ejercían facultades de gobierno y administración que les situaban por encima de los campesinos y les permitían beneficiarse tanto de la fiscalidad en su conjunto como de determinadas actividades económicas. El ejercicio del poder señorial, apoyado en la fuerza militar, se resolvía con la puesta a punto de un régimen fiscal complejo. El señor cobraba la redención de algunos servicios debidos, imponía multas judiciales, disponía de monopolio sobre la instalación de determinados servicios e instrumentos cuyo uso habían de arrendar obligatoriamente los campesinos, como el horno, el molino, etc., y percibía de sus campesinos una taille (martiniega o marzadga en Castilla). Este impuesto era probablemente la degeneración del antiguo tributo territorial romano, que tuvo diversos nombres (censum, tributum, foro, infurción, pactum, usaticum, parata, terratge, marzadga...). Esta renta, en cuantía variable, se pagaba generalmente en especie bien el día de San Martín, de ahí el nombre de martiniega, bien en el mes de marzo, de donde proviene la denominación de marzadga. La unidad fiscal para el pago de esta renta fue el hogar familiar, para posteriormente incorporarse, en el caso de Castilla y León, a las rentas provinciales y no desapareció hasta mediados del s. XIX.

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