Se trata de un contrato de aparcería mediante el cual un propietario y un aparcero dividen o se reparten por mitad los frutos que obtienen de la cosecha. En estos contratos el aparcero recibe el nombre de “mediero”, siendo esta acepción recogida en el Diccionario de la Real Academia lo que ha permitido extender su uso y dar nombre al contrato. Este contrato se hallaba tradicionalmente muy extendido por todo el territorio estatal hasta principios del s. XX, recibiendo distintas denominaciones en las diferentes regiones. En Cataluña fue práctica habitual, sobre todo en el Campo de Tarragona, donde el contrato recibía el nombre de a mitges. En Galicia, también proliferó la aparecería “a medias”, utilizándose sobre todo para suplir la falta de crédito. La utilización de este contrato adoptó diversas formas, como el llamado “trabajo por procuro”, por medio del cual el aparcero se obligaba a practicar diversas operaciones relativas al cultivo del maíz y el...