Miguel Antonio de la Gándara

Vida

Tras ser ordenado sacerdote, trabajó durante algún tiempo en la administración eclesiástica de la diócesis de Palencia. Una vez trasladado a Madrid, entabló amistad con el marqués de la Ensenada y con el confesor real de Fernando VI (1746-1759), el jesuita Francisco de Rávago y Noriega. Posteriormente fue enviado a Roma (Italia), ciudad en la que recibió la designación para ocupar el cargo de agente general procurador de la Corte (1751), por nombramiento de Fernando VI.

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