Mundo Obrero

A pesar de que se trata de una publicación que nació de forma independiente, un año más tarde de su creación se convirtió en la voz oficial del partido que representaba. Su trayectoria está salpicada de suspensiones, como la que sufrió tras las revueltas de Asturias y Cataluña en 1934 (véase Revolución de Octubre, o la de su cierre oficial definitivo en 1939. Durante el franquismo (1939-1975) continuó apareciendo esporádicamente y de forma clandestina. Con la llegada de la democracia y la consiguiente legalización de los partidos políticos, empezó de nuevo su andadura como publicación semanal, excepción hecha de un breve período de tiempo (noviembre de 1978 a junio de 1980) en el que apareció a diario. Poco después, con el declive de su financiación pasó a ser de periodicidad quincenal, y posteriormente mensual.