Concepto que expresa la explícita aceptación por parte de los Habsburgo de la multiplicidad y diferenciación política de los estados hispánicos, basada en los fueros y leyes propias de cada reino. La monarquía de Carlos II (1665-1700) ensayó esta nueva forma de entender la estructura peninsular acuciada por su debilidad política y económica. Esta concepción suponía la colaboración entre el centro peninsular decadente y exhausto y una periferia pujante –que por primera vez se sentía solidaria con Castilla– por medio de un compromiso implícito entre la Corona y las aristocracias territoriales. La política de centralización del conde duque de Olivares había supuesto un ataque a las noblezas locales y las había disociado de su lealtad a la Corona. La Guerra dels Segados (1640-1652) fue posible porque las elites del país no se sentían identificadas con la política del monarca. Cualquier posibilidad de acuerdo político exigía la colaboración de la nobleza, y no...