Trayectoria artística Con una niñez marcada por la enfermedad y habiendo demostrado poco interés por los estudios y mucho mayor por la pintura, Óscar Domínguez fue enviado por su padre a París (Francia) a comienzos de 1927, con la intención de que trabajara en la oficina que allí tenía la firma comercial paterna, dedicada a la exportación de plátanos, pero sólo permaneció unos cuantos meses porque el servicio militar pendiente le obligó a regresar a España. En 1928 realizó en Tenerife su primera exposición (varios bodegones, composiciones de aire cubista y naïf).