Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

Introducción

El parque se encuentra en el extremo occidental de la llanura manchega, una depresión paleozoica rellenada por sedimentos miopliocénicos de tipo continental, a una altura media de entre 600 y 700 m. Este último factor, combinado con el predominio de la sedimentación de sólidos, favorece el desbordamiento de los ríos y la formación de extensos encharcamientos de poca profundidad, llamados localmente “tablas”. La zona palustre de Daimiel, formada en la confluencia de los ríos Cigüela, corriente fluvial de aguas más bien salobres procedente de las parameras conquenses de la sierra de Cabrejas, y del Guadiana, de aguas predominantemente dulces que surgen a quince kilómetros del parque, constituye uno de esos privilegiados ecosistemas. Entre los diferentes factores que determinan el aspecto del humedal, cabe mencionar el débil desnivel del terreno, lo que explica la poca profundidad de las lagunas y, por consiguiente, el surgimiento de numerosas islas, entre las que destacan las de El Pan, la mayor de todas con unas treinta hectáreas; El Moreno, Las Zarcas, Martinete, Los Asnos o Los Generales, Algeciras y Tarajes. Estas superficies de tierra firme dan a la zona palustre una configuración laberíntica que favorece la formación de recodos y canales, refugios idóneos para la fauna.

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