La principal característica del paisaje es el profundo verdor. El manto vegetal es exuberante, y responde a las directrices marcadas tanto por la climatología como por el sustrato geológico. Bajo el profundo suelo del que se nutre la vegetación de Bértiz se esconde un conjunto geológico muy antiguo. Los materiales originarios de los períodos devónico, silúrico y carbonífero predominan en el terreno en forma de pizarras, areniscas, esquistos y conglomerados, que se vieron afectados ya por la orogenia hercínica que afectó a estos territorios hace entre 340 y 220 millones de años. Pero el relieve actual del Señorío de Bértiz no es originario de aquella antigua época. Hace alrededor de 45 millones de años, otra de las grandes orogenias, la alpina, elevó de nuevo el territorio a la vez que daba cuerpo a la cordillera pirenaica, y estableció las bases orográficas sobre las que habrían de trabajar los diferentes agentes erosivos para configurar el paisaje.
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