[De penta, ‘cinco’, y sillabé, ‘sílaba’]. Verso de cinco sílabas, acentuado en una de las dos primeras sílabas y en la cuarta. Si el acento recae en la primera, se califica de “dactilico”; si lo hace sobre la segunda, de “trocaico”. El pentasílabo fue poco utilizado en la literatura peninsular durante la Edad Media; tan sólo aparece accidentalmente en algunas jarchas, en el pie quebrado del octosílabo y en los hemistiquios del verso de arte mayor, así como en la composición de la seguidilla, generalmente formada por dos pentasílabos y dos heptasílabos con rima asonante en los pares. Aunque se hallan testimonios dispersos –muy escasos– en los romances castellanos del s. XIII y en algunas de las cantigas de Alfonso X el Sabio (1252–1284) de carácter más ligero, el pentasílabo se muestra por primera vez como metro independiente en una endecha que h. 1443 se cantaba en las islas Canarias por la muerte del sevillano Guillen Peraza. En este pequeño...