Pleito cuyo fallo, emitido en 1581, devolvió la condición de realengo a nueve valles cántabros (Carriedo, Cayón, Camargo, Villaescusa, Reocín, Cabuérniga, Penagos, Alfoz de Lloredo y Cabezón) de la Asturias de Santillana, y les otorgó la independencia con respecto al señorío de los duques del Infantado. Este pleito puso fin a casi tres siglos de conflictos señoriales (ss. XIII-XVI), originados por las concesiones de derechos que efectuaron los reyes de Castilla a sus caballeros para recaudar impuestos en algunas de sus villas y lugares de realengo. Estos derechos se ampliaron posteriormente con los jurisdiccionales y los de nombramiento de oficios y justicias. Los habitantes de estos valles no aceptaron de buen grado estas cesiones, debido a la pérdida de derechos que ello suponía, y siempre manifestaron su afán por sacudirse el yugo señorial. Por otra parte, durante toda la Edad Media se consideraron hombres de behetría y, en consecuencia, libres para elegir a su...