También Privilegio del Daño. Privilegio otorgado por Alfonso I de Aragón (1104–1134) a la c. Zaragoza el 5-II-1129, que marca el inicio de su historia municipal. Tras conquistarla en 1118, El Batallador decidió otorgar a la c. una serie de ventajas que facilitaran su poblamiento. Entre estas concesiones figuraba el derecho a elegir a los veinte vecinos más aptos para que defendieran Zaragoza de quienes atacaran a personas y bienes, de donde deriva el nombre popular con el que se conoce el privilegio. En el ejercicio de sus funciones, los veinte podían perseguir a los presuntos delincuentes sin depender de una instancia judicial ajena, recurriendo a todos los medios necesarios, ya fuera constituir una fuerza armada o destruir casas y tierras. Por esta razón, el Privilegio de los Veinte es también conocido como Privilegio del Daño. Otros derechos otorgados por la Corona fueron la tala y recogida de leña en determinados sotos, el pastoreo y pesca en los lugares indicados, la...