Prueba que, en el procedimiento judicial español de la Alta Edad Media, debía superar el acusado con el fin de demostrar su inocencia, y que consistía en prestar juramento de inocencia (juramento expurgatorio). Tal juramento era reforzado en ocasiones por algunas personas (coiuradores) cuyo papel no era el de testigos de un hecho, sino el de acreditar la confianza en el juramento del procesado. Este tipo de prueba se empleaba tanto en asuntos civiles como criminales, pero en la práctica se llegaba a realizar pocas veces; cuando una de las partes sabía que la otra iba a prestarlo con sus coiuradores, se retiraba pronunciando las palabras rituales agnosco me in ventate, renunciando al proceso. A los coiuradores se les llamaba, a veces, sacramentales, compurgadores, juradores, coniuradores, y a uno solo, testigo. Al...