Introducción Como resultado de las modificaciones climáticas experimentadas a lo largo de la historia de la Tierra, en la actualidad aparecen las especies biológicas repartidas y localizadas en una serie de áreas. Con frecuencia, las áreas de distribución de determinadas especies vegetales y animales presentan límites más o menos coincidentes, lo que permite definir sectores o zonas en las que el número de áreas coincidentes es particularmente numeroso. Este hecho responde por supuesto a una determinada causa, actual o pasada, que dibuja el contorno de un territorio en el que la fauna y la flora presentan determinados rasgos comunes. Tales territorios o unidades corológicas se hallan dibujados precisamente por las características de las diferentes especies que los definen, y están agrupados en las regiones eurosiberiana, mediterránea y macaronésica. La Península Ibérica se encuentra en la zona templada y se puede definir como de climas equilibrados con fuertes cambios ambientales durante el año. Estas características y la evolución de la vegetación de Eurasia durante el Terciario y el Cuaternario, influyen en los rasgos generales de su vegetación.