(III-1281). Reunión mantenida en la localidad soriana de Ágreda entre Pedro III el Grande de Aragón, Alfonso X el Sabio y su hijo, Sancho el Bravo, por la que el aragonés reconoció a Sancho como heredero de Castilla y rechazó los derechos de los infantes de La Cerda, hijos del infante Fernando, primogénito de Alfonso X, fallecido en 1275. A cambio del reconocimiento exigió del monarca castellano la protección sobre varias villas –entre ellas Albarracín, bajo el poder de los señores de Lara, partidarios de los infantes de La Cerda y contrarios a Sancho– y se entabló una alianza para la conquista y reparto de Navarra. Albarracín, a pesar de la petición de Pedro III, no fue incorporada a la Corona de Aragón hasta el 1300 tras cercar la ciudad. A partir de 1281 Sancho se enemistó con su padre al saber que quería entregar el reino de Jaén a su nieto, Alfonso de La Cerda. Alfonso X le negó el apoyo pactado en Ágreda, se decidió por sus nietos y llegó...